PROLOGO:
A lo largo de más de dos décadas, viene siendo habitual que en el Libro de las Fiestas Patronales de Cirat, venga escrita alguna Historia, Leyenda o Apunte sobre hechos y lugares del Término.
Este año, se ha llevado acabo la recopilación de toda esta riqueza de memoria colectiva, siempre con el toque personal de su Autor: Ángel Sorní Montolio, al cual le agradezco desde estas lineas, su enorme voluntad por hacer perdurar en las personas que leen sus textos, pinceladas de historia, de tradición oral, de fantasía y realidad, sobre la Villa de Cirat y el Tormo.
He pensado en ir subiendo al Blog algunas de las Historias recopiladas en el Libro(Cirat y e Tormo de Cirat, Historias, parajes y leyendas), ya que algunas de las Rutas Senderistas publicadas y futuras, discurren por esos Parajes o estarán relacionados con los personajes, de modo que enriquecen el simple paseo senderista, transportándonos a otra época, donde por los caminos y sendas, no solo discurrían senderistas, también forajidos, aldeanos, militares, guerreros, etc.
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En esta ocasión los relatos de Ángel Sorní nos transportan al siglo XVII, donde aun existían ciertos derechos feudales, sin duda uno de los mas controvertidos y que ha llenado de leyenda y tragedia la historia de muchos pueblos: "El Derecho de Pernada" La realidad y la fabula se entremezclan hasta confundirse en la Historia de este Paraje de nombre tan singular:
"La Loma de las Horcas"
"La historia es como una noria que no para de dar vueltas, donde la realidad y la ficción se funden, y confunde a los incautos" (Decir Medieval)
La Loma de las Horcas desde el Camino Real de Onda a Cirat, a la altura la "CREVÁ" |
I PARTE:
Don Baltasar Rull Villar apareció por Cirat el verano de 1957. Vino en Busca de unas inscripciones que, según dijo, se hallaban grabadas en una de las paredes del torreón. Don Baltasar fue un ilustre jurisconsulto nacido en Onda en 1901 y alcalde de Valencia desde 1951 a 1955. Gran conocedor de la historia y legislación de nuestro país y autor de numerosas publicaciones, fue nombrado presidente de los Castillos de España y, en calidadde tal, apareció por aquí interesadísimo por esas extrañas inscripciones que eran únicas y de un extraordinario valor histórico.Torre del Conde de Cirat |
Pues bien, Don Baltasar, acompañado del Ayuntamiento en Pleno, visitó las dependencias del Torreón y no logró dar con las inscripciones, aunque no desistió en volver con menos premura de tiempo, ya que el Torreón tenía muchas de sus paredes chamuscadas o pintadas y repintadas y era imposible localizar huella alguna.
Me cuentan que, ya de camino a su coche oficial, un miembro del Ayuntamiento le preguntó, si no sería mas acertado derribar la Torre, pues de esa manera la Plaza se agrandaría y tendría más presencia. "No sea usted animal" le respondió don Baltasar con la franqueza que le caracterizaba, "este pueblo no sería nada sin este Torreón. Es como su seña de identidad. Lo que tendrían que hacer ustedes es adecentarlo y montar un museo comarcal".
Y aquí concluyó su visita y ahí nos dejó su propuesta que este cronista considera que se debería retomar. Corren buenos tiempos y hay que aprovecharlos. Por desgracia, don Baltasar Rull Villar no pudo volver debido a sus multiples ocupaciones.
De las inscripciones en la Torre nunca más se supo ni nadie se molestó en buscarlas, pero no nos cabe la menor duda de que vino porque tenía motivos bien fundados y, quien sabe, quizá algún día aparezcan los grabados en el sitio mas inesperado.
II PARTE:
Conocemos su nombre por los restos de una lápida que apareció en el Cementerio Viejo a finales del Siglo XVII:
Utimo ajusticiado por el derecho de pernada
en la Loma de las Horcas
Cirat
R.I.P."
Por lo que sabemos, era F. Pérez S. un zapatero, hijo de otro zapatero que se asentó en Cirat en sus años mozos. Nadie supo de dónde vino y éste fue su secreto mejor guardado. En aquellos tiempos Cirat era casi inaccesible para el caminante y tan sólo algunos caminos de caballerías se adentraban `por las montañas siguiendo el camino del Valle. Las noticias llegaban pues muy de tarde en tarde, y era frecuente la aparición de gentes desconocidas que, tras pasar alguna temporada, desaparecían tal como habían venido. No fue el caso de nuestro zapatero que se casó en Cirat y tuvo doce hijos, el segundo de los cuales, F. Pérez S. fue el encargado de seguir el oficio que al parecer les venía de familia.
EL ZAPATERO |
F. Pérez S. era un apuesto joven que se enamoró muy pronto y se dedicó día y noche atrabajar duro para mantener a parte de su familia y para labrarse un futuro. Un futuro que le permitiese formar un hogar y pagar el débito que el Señor feudal le había estipulado por no ejercer el derecho de pernada. Era éste un ritual que la familia del zapatero no había entendido nunca.
De las tierras de las que procedían no tenían constancia de semejante derecho de los señores, pero lo asumieron como cualquier convecino. Cirat les había acogido de todo corazón y aunque disentían de algunas de las normas y costumbres que regían el municipio, las aceptaron porque allí hallaron lo que siempre habían estado buscando: un lugar donde echar sus raíces. Así es que real a real se dedicó a reunir los cuarenta maravedíes que le liberasen de lo que para él no dejaba de ser un aberrante abuso de su señor.
Cuando ya los hubo reunido, preparó la boda, solicitó del cura párroco las debidas amonestaciones y fijaron del día de la celebración para el 20 de Agosto, del año de gracia de 1614.
Ese día el sol brillaba radiante, las campanas sonaban más agudas que nunca y, en especial, la Bernarda regalaba los oídos con sus más bellos tañidos. Poco a poco las gentes se fueron agrupando en la Plaza, frente a la puerta de la iglesia, F. Pérez S. esperaba a la novia, en la misma puerta y n manto de flores cubría el camino por donde la novia había de venir.
Pero un sordo murmullo comenzó a salir de la boca de los asistentes. El Señor feudal se presentó al galope rodeado de tres aguaciles sin previo aviso y, al tiempo que llegaba la Novia, le comunicó a F. Pérez S. que pensaba ejercer el derecho de pernada, que le devolvía los maravedies y que fuese preparando la cena y el lecho nupcial tal como mandaban las costumbres. Y aunque un colectivo grito de rabia surgió de decenas de pechos, el señor feudal, impasible, mantuvo su orden y se fue bajo la amenaza, dicha a viva voz, de que, de no cumplir el ritual, le esperaba la muerte en la "Loma de las Horcas".
Cuenta la Leyenda que la novia rogó repetidamente a nuestro protagonista que no se enfentrara a su señor. Le quería tanto que por él estaba dispuesta al sacrificio más duro e inesperado. Pero todos los que le conocían bien, sabían que el zapatero no lo iba a consentir. Así que montó sobre su corcel, subió a la grupa a la novia y tomó el camino de Royas con la idea de alcanzar la Jara. Lo detuvieron los alguaciles a la altura de la Cruz o Pilon de Royas y rápidamente lo trasladaron a la Loma y lo ahorcaron. El pueblo no tuvo tiempo de reaccionar y su cuerpo colgó a la vista de todos hasta bien entrada la noche.
El resto de la Leyenda nos llega más confusa y llena de contradicciones. Algunas fuentes aseguran que a la novia la raptó el señor feudal en la misma Cruz de Royas y otras que logró escapar monte arriba y que de ella nunca más se supo. Lápida alguna no se encontró entre los restos del Cementerio viejo, y hay quien dice que la vió años después por tierras de la Plana.
Lo que si se sabe es que F. Pérez S. fue el último ajusticiado por rebelarse justamente contra tan abusivo derecho y que el clamor y la rabia del pueblo entero lograron que el señor feudal fuese desterrado de su feudo, por un periodo de diez años, por la autoridad el Rey de las Españas. Decreto real, que llegó acompañadode otro que abolía, de hecho y de derecho, tan pernicioso y desventurado abuso, y que estuvo expuesto, para recuerdo de todas las gntes, en una alhacena acristalada en el Salon de Plenos del Ayuntamiento durante muchísimos años.
Si fue por aquella época cuando los convecinos, llenos de justa rabia, picaron o taparon las inscripciones del Torreón que buscaba don Baltasar Rull Villar, es un hecho que desconocemos, pero cabe en lo posible. Aunque no estaría de más, que si algún día se rehabilitase el Torreón de los Condes para un Museo, se buscasen denodadamente las inscripciones, que en el caso de ser halladas darían mas prestigio a la Villa de Cirat.
CIRAT DESDE LA LOMA DE LAS HORCAS, |
El resto de la Leyenda nos llega más confusa y llena de contradicciones. Algunas fuentes aseguran que a la novia la raptó el señor feudal en la misma Cruz de Royas y otras que logró escapar monte arriba y que de ella nunca más se supo. Lápida alguna no se encontró entre los restos del Cementerio viejo, y hay quien dice que la vió años después por tierras de la Plana.
Lo que si se sabe es que F. Pérez S. fue el último ajusticiado por rebelarse justamente contra tan abusivo derecho y que el clamor y la rabia del pueblo entero lograron que el señor feudal fuese desterrado de su feudo, por un periodo de diez años, por la autoridad el Rey de las Españas. Decreto real, que llegó acompañadode otro que abolía, de hecho y de derecho, tan pernicioso y desventurado abuso, y que estuvo expuesto, para recuerdo de todas las gntes, en una alhacena acristalada en el Salon de Plenos del Ayuntamiento durante muchísimos años.
Si fue por aquella época cuando los convecinos, llenos de justa rabia, picaron o taparon las inscripciones del Torreón que buscaba don Baltasar Rull Villar, es un hecho que desconocemos, pero cabe en lo posible. Aunque no estaría de más, que si algún día se rehabilitase el Torreón de los Condes para un Museo, se buscasen denodadamente las inscripciones, que en el caso de ser halladas darían mas prestigio a la Villa de Cirat.
FIN
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La Loma de las Horcas, es hoy en día un lugar un tanto tétrico, pues queda a las espaldas del antiguo poblado de trabajodores de la Central Hidroeléctrica de Cirat, en la cima cara Sur-Oeste, es donde la colina tiene un cortante que recae al encajonado Mijares, teniendo unas estupendas vistas de Cirat, y al otro lado del Mijares, del Camino Real de Aragón y el Barranco de la Cueva Honda.
En la actualidad hay instalada una estación Metereológica del CEAM (Centro de Estudios del Mediterraneo)
http://www.ceam.es/ceamet/observaciones/ceam/torres_ceam.html
http://www.ceam.es/ceamet/observaciones/ceam/torres_ceam.html
TORRE METEOROLOGÍA DEL CEAM EN LA CIMA DE LA LOMA |
- Localización: Cirat (Castellón)
- Altitud: 464 m
- Sensores: Termómetro,higrómetro,anemómetro,veleta,pluviómetro
- Periodo de datos: 06-07-1994 - actualidad
- RUTAS QUE PASAN CERCA DE LA LOMA DE LAS HORCAS:
- CIRCULAR CIRAT EL TORMO, VUELTA FLUVIAL al paso por el Poblado del Collado Blanco(Iberdrola) cruzarlo, de Norte hasta la cara Sur de la Loma, allí esta el precipicio y la Torre Metereologica, donde antiguamente erguían las Horcas.
- INTEGRAL BCO. DE LAS SALINAS a su paso por la Cruz o Pilon de Royas, lugar donde apresaron al protagonista y enfrente del mismo al margen opuesto del Mijares tenemos la Loma de las Horcas.
Extraordinaria labor de divulgación y que contribuirá a conocer estos hechos a muchas generaciones futuras. He leído con atención y el entusiasmo se va apoderando del lector... Sencillamente grandioso. Un abrazo y felicidades por el buen trabajo realizado.
ResponEliminaBueno el merito es del autor(Angel Soní), yo solo le he dado forma Bloggera!!!!
ResponEliminaMe sumo a las felicitaciones de Juan J. .Has hecho un buen trabajo con esta entrada. Tuyo es el mérito de compartir este pedazo de la cultura de Cirat y darle forma escribiéndola con paciencia y acompañando el texto con buenas fotografías y dibujos de la época. Me ha encantado esta leyenda pero ahora quiero mas jejeje.
ResponEliminaSaludos y gracias de nuevo
MI PRIMO ANGEL ES SENSACIONAL.SIGUE ASI, CON ANIMO Y GANAS. UN ABRAZO
ResponEliminaHas tenido muy buena idea al publicar estas leyendas o narraciones de Cirat. Son interesantes y curiosas, al tiempo que repasas lugares del entorno fácilmente visitables.Enhorabuena. Te felicito como los anteriores comentaristas.Un saludo.
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